¿Olvidarte, Campeche? Jamás.
Tu mar perdurará en mis ojos,
y aunque sin ojos me quede,
Campeche: perdurarás.
Y ustedes que han sido
mi alegría, mi tormento
y mi desvelo, aquí están:
léanse en esta tinta,
léanse en mi memoria,
en mi corazón y mi eternidad.
¿Olvidarlos, Campeche? Jamás.
Sus ojos perdurarán en mi mar,
y aunque sin mar me quede,
Campeche: perdurarán.
1 comentario:
"la cuna es inolvidable, tanto para el que nace y crece, como para el que convidado, se impregna de su aroma"
M. Rous...
ánimo... buen día. :)
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